La Fundación Promesa acoge, desde el pasado mes de julio, a personas solicitantes de asilo/refugio enviadas por la Cruz Roja. Muchos de ellas son familias procedentes de África o Centro América.
Hoy, hemos querido conocer mejor a dos de las familias de refugiados que están de paso en el Scout Madrid Hostel. Esta es parte de sus historias.
Las dos familias huyeron de la violencia de la Mara 18. A la hija de María (nombre ficticio), de 22 años, la dispararon en su pueblo en Honduras. Su hijo, de 20 años, todavía vive escondido allí. Junto con la pequeña de cinco años en unos días empezarán una nueva vida en Córdoba.
La otra familia todavía no tiene asignado un destino definitivo. Están en España para proteger a su hijo varón de nueve años. En San Salvador, le querían reclutar para matar y hacer de correo de drogas. “La Mara no pregunta, recluta para matar. Les dan un arma, y ya. Por eso estamos aquí. No respetan ni escuelas ni iglesias”, destaca su madre.
Las dos familias llevan unas cuatro semanas en el albergue y se sienten felices, seguras, se socializan y pueden descansar: “Nos parece un lujo, es como estar de vacaciones en un establecimiento de lujo”, comenta una madre.
Se sienten muy agradecidos. Su futuro está entre nosotros. En sus países nadie les ayudó. “Aquí sí, el estado español a través de la Cruz Roja sí”, resume el padre del niño.