EL viernes 6 de septiembre en la Casa Scout, el Grupo Santa Ana y San Rafael ejecutó su proyecto “Scape Room Ecológico” merecedor del primer premio de la II edición de los Premios de la Fundación Promesa en la categoría de grupos. No es muy habitual que un grupo organice este tipo de actividad pero a ellos se les ocurrió que la mejor manera de que los más pequeños, lobatos y castores, de cualquier grupo, se acercaran hasta la Casa Scout era cautivarles con juegos, imaginación, misterio y un reto al que enfrentarse.

Como todavía no les había podido hacer la entrevista sobre el premio, antes del inicio de la actividad, ellos ya metidos en faena, mantuve una amigable charla con Irene y Oscar, parte del Kraal del grupo, para que me explicaran cómo se les había ocurrido tan original idea. Irene, que forma parte de la comisión de crecimiento de su grupo, me cuenta que María, antigua jefe del Grupo, tuvo la idea de montar un Scape Room en la Casa Scout y que David, Lucía, Oscar y ella la han planificado, desarrollado y ejecutado, con la total aprobación del Kraal de su grupo. Oscar habla de consenso para elegir el día y se nota que está muy orgulloso de su grupo, que ha crecido muchísimo. Antes de dar comienzo el Scape Room, han preparado una dinámica con los niños para que conozcan la Fundación Promesa y la Casa Scout. Los niños, con la curiosidad que les caracteriza, preguntan sobre todo lo que ven. ¡Qué fantástica idea el haberles traído hasta aquí!

El Scape Room gira entorno a la ecología y la ciencia. Los niños en la primera habitación deben ayudar a un científico a ordenar los planos de su “Depuradora de Aire Contaminado” y una vez conseguido, pasan a una segunda habitación “El deshielo” en la que deberán parar la máquina que está causando el deshielo en el planeta. En la tercera sala llamada “Enfermedad de los animales marinos” deberán conseguir la vacuna para curarlos. Una vez empezada la actividad, los niños están tan metidos en ella que se sienten por unas horas, científicos y descubridores. Los voluntarios de la Fundación que estamos allí viéndoles, nos retiramos sigilosamente y entre nosotros comentamos que se merecen los 900 euros del premio. No me extraña que el grupo haya crecido muchísimo porque se siente la motivación y la pasión que tienen en ser scout.